E D I T O R I A L

Identidad y proyecto de la revista

 

La revista nace ante la necesidad de dotar de una componente de investigación, básica y aplicada, al amplio y complejo campo de conocimiento del Diseño, en los sectores de la gráfica y comunicación —en los soportes materiales y digitales—, el sector del diseño industrial y de producto, el diseño del entorno y decoración, y en menos proporción sectores como la moda y otras especializaciones. Sin embargo, la componente más innovadora del diseño y los nuevos perfiles profesionales tendrán un especial interés en cuanto a desarrollos metodológicos y aplicación del diseño a los sistemas integrados de identidad, el diseño estratégico, la dirección de comunicación, sistema producto…

Existe aún una escasa tradición de estudios superiores y de su presencia en la universidad, con lo que ello conlleva en cuanto al desarrollo de los aspectos teóricos y la investigación en general, la realización de proyectos de carácter académico-científico y del más alto nivel, en tesis doctorales y proyectos que normalmente integran especialistas de diferentes disciplinas y procedencia geográfica y cultural. Ésta es la causa de la escasez de revistas, en este campo, que vayan más allá de la difusión de noticias y de trabajos realizados por los profesionales y empresas de uno u otro sector. Pero no siempre ha sido tan escasa la componente teórica de la innovación y desarrollo en diseño, ni ha estado ligada su existencia a la actividad universitaria, pues en los países de nuestro ámbito cultural contamos con una serie de revistas muy interesantes y que por su falta de objetivo publicitario no han perdurado demasiado en el tiempo.

El soporte digital ha propiciado la aparición y supervivencia de un número de revistas electrónicas no comerciales y de foros de intercambio de ideas, incluso de carácter científico, considerable. En nuestro caso se concibe una  publicación periódica con la función que representa una revista profesional y académica de primer orden, dedicada a promover la investigación, difundir, desarrollar y formar a sus destinatarios en las nuevas necesidades que surgen incesantemente en este campo en que la innovación es fundamental. En cambio, tanto en Italia —con mayor desarrollo profesional y conciencia social y política—, como en Iberoamérica —con una mayor tradición universitaria del diseño—, existe una mayor proporción de ediciones de revistas y libros sobre la materia. Un ejemplo significativo de la posición rezagada en que ha quedado España en este campo lo ilustra que haya tenido que ser en Sudamérica donde fuese posible la creación de la revista .doc: Publicación Iberoamericana para la Innovación de las Comunicaciones, dirigida por Joan Costa como principal exponente de la teoría, investigación y grandes proyectos corporativos en el ámbito de habla española; director además de la excelente colección Paidós Diseño; ambos proyectos tempranamente desaparecidos por las dificultades de distribución en nuestro ámbito territorial, del primer caso, y por la absorción de una editorial más comercial, el segundo. La interesante iniciativa de .doc, a diferencia con nuestra dedicación a un campo limitado al diseño, complementaría la orientación en el terreno de la comunicación y la estrategia corporativa. En este sentido, colaboramos habitualmente con su director y tenemos el honor de que participe muy activamente en nuestro proyecto desde las primeras ideas de su inicio.

Ámbito e identidad de la propuesta. Revista de carácter internacional en que, por el origen de su edición, predomina la lengua española, aunque incluye originales en italiano y portugués; especialmente centrada en el intercambio entre diferentes núcleos de una misma cultura: hispana-italiana-portuguesa y su cada vez mayor identificación con su conexión natural hacia los principales focos del diseño en el resto de América. Sería una alternativa global a una línea anglosajona ya existente como identidad claramente definida, con una mayor conciencia de sí misma y mejores condiciones de difusión e interrelación. Esta alternativa cultural, como herederos directos de la civilización latina, la consideramos mucho más interesante que la estrategia de crear una identidad con el referente Mediterráneo, frente a referentes anglosajón, escandinavo, etc. Ésto no supone, en cambio, renunciar al Mediterráneo como ámbito y medio de interrelación y nacimiento del arte y la cultura occidental, conservada en este extremo de su cuenca gracias al efecto de la romanización como síntesis de las diversas manifestaciones que se componían en la cultura clásica del Mundo Antiguo, y cuya vigencia se ha disuelto mucho más en la cuenca sur-oriental ante la superposición de un cultura árabe especialmente sólida.

En nuestro caso, ese aspecto de la cultura clásica se vería recogido en una acepción mucho más amplia y más real, conocida como mundo latino, gracias al vehículo del idioma —en lenguas  que se comprenden fácilmente entre sí, si iniciamos una cierta experiencia común— unido a la cultura de la que seríamos foco indiscutible. La propia ubicación de esta iniciativa, en la ciudad natal del mayor exponente universal del arte y la creatividad contemporánea, como eje geográfico de los llamados Mundo Antiguo y Nuevo Mundo —en las proximidades de las míticas Columnas de Hércules que delimitaban el mundo conocido y que más tarde se recogieron en el emblema Real de los territorios americanos, como puerta de comunicación entre Atlántico y Mediterráneo—, dotan de identidad y credibilidad un proyecto que reconocemos ambicioso pero de ninguna manera forzado ni utópico.

Referentes de fuentes documentales en Diseño. Aunque lentamente, y considerablemente más ralentizado que en el ámbito anglosajón, existen cada vez más publicaciones sobre estos temas, aún no pueden compararse con las que concurren en otros ámbitos del saber, especialmente porque el diseño ha tardado en entrar en los territorios académico y de investigación y porque ha emitido tradicionalmente una importante distancia entre la teoría y la práctica o, al menos, así lo han percibido muchos diseñadores. Especialistas, investigadores y profesores del campo del diseño comienzan a plantearse, a finales de los setenta, la dificultad de encontrar fuentes documentales y bibliografía sobre Diseño (1). Consecuentemente, en el ámbito anglosajón se intentó primeramente potenciar este fondo documental y Hugo McCauley, profesor de la Universidad de Illinois, publica la primera compilación bibliográfica en 1977. Dos años más tarde Anthony J. Coulson completa este trabajo publicando A Bibliography of Design in Britain, 1851-1970, patrocinado por el British Design Council y que recogía unos 7.000 títulos. En 1987 Victor Margolin publica Design History Bibliography, para ICOGRADA (Internacional Council of Graphic Design Associations); y Ellen Lupton edita Graphic Design Bibliography: History and Theory. Estas colecciones de fuentes documentales clásicas se completan con American Graphic Design, a Guide to the Literature, de Ellen Mazur Thomson, editada en 1992 (2).

Revistas como a! Diseño y Encuadre (México), Emigre (California-EE.UU.), Eye (Inglaterra), Dot dot dot (Holanda) o Design Issues (Nueva York-EE.UU.) promovieron a partir de los ’80 y ’90 el aspecto de la crítica del diseño, no sólo como factor de negocio sino en su componente de manifestación cultural y la implicación directa de los diseñadores. Con ello se tenía intención de “construir un pensamiento adecuado a las nuevas circunstancias, provocando la reflexión de sus colegas y, por consiguiente, un cambio en sus comportamientos” (3).

En España se producen dos intentos de dar a conocer, a la sociedad y a los propios profesionales, la importante realidad de nuestra desconocida trayectoria, el primero de ellos la exposición Signos del Siglo. 100 años de Diseño Gráfico en España, una gran retrospectiva de piezas y estudios especializados, celebrada en el Centro Nacional de Arte Reina Sofía de Madrid, en 2000 y promovida por el Ministerio de Economía y Hacienda, a través del D.Di —Sociedad Estatal para el Desarrollo del Diseño y la Innovación—, y el Ministerio de Cultura. Cinco años antes se edita el otro referente, 25 años de Diseño Gráfico Español 1970-1995, como suplemento de la revista Experimenta. En él participan también Joan Costa, Raquel Pelta, Daniel Gil, Pepe Cruz Novillo, Anna Calvera, Manuel Álvarez Junco y Frank Memelsdorff, entre otros, además de la colaboración de todas las asociaciones profesionales españolas existentes entonces. Algunos de ellos integran el comité científico de nuestra revista, entre quienes Anna Calvera destaca como responsable en dirigir la elaboración del Libro Blanco del Diseño en España, ante el plan de convergencia europea en educación. No obstante, se necesita un sistema de difusión y desarrollo continuo que promueva periódicamente este ámbito, globalmente y sin complejos ante la actual referencia anglosajona, con cuyo espacio es necesario entablar un diálogo —como con cualquier otra cultura— para lograr así los interesantes resultados que ya se alcanzaron en el Mediterráneo con todo tipo de interrelación e intercambio estético, experiencias, conocimientos, etc. Plausibles referentes en el también necesario intercambio interno son los congresos de ALADI, los encuentros ‘Diseño en Palermo’, y la propia revista Actas de Diseño editada por la organización de esta última.

Si existe un referente mundial en el mundo del diseño es Italia, la trayectoria de sus innumerables profesionales y teóricos como Bruno Munari, Gillo Dorfles, Ezio Manzini, Giuliano Simonelli, Luisa Collina, Francesco Zurlo, Massimo Ruffilli, Patrizia Ranzo, Valeria Buchetti o Flaviano Celaschi han venido siendo grandes maestros que viajan por todo el mundo, de Estados Unidos a Japón y cada día más de Brasil a China, como cotizados pilares de la estructura internacional del diseño. Con la mayor parte de ellos mantenemos una excelente relación, fruto del intercambio científico y académico entre nuestras universidades. Francesco Zurlo es además Director del Sistema Design Italia, organismo estatal que promueve intensamente el sector de la investigación y de la relación universidad-empresa, producto de la profunda conciencia que el gobierno italiano tiene de su patrimonio y potencial para poder seguir compitiendo en los mercados internacionales. En España, el alcance de las instituciones públicas aún no llega a ser tan importante, aunque se han venido creando distintos organismos estatales como el D.DI, o territoriales como el BCD en Barcelona, el Centro Regional de Diseño de Castilla-La Mancha o Surgenia en Andalucía. Sigue siendo aún la fuerza creativa de nuestros profesionales y su excelente trabajo el que, desde la Olimpiada de Barcelona y la Expo’92 de Sevilla, han mostrado una imagen que comenzó a estimarse fuera de nuestras fronteras.

Necesidad del proyecto para el campo del Diseño (4). Suponemos que en la sociedad actual se tiene suficiente conciencia del papel imprescindible que juega el Diseño en el desarrollo de la cultura, la producción y la comunicación identitaria de un país que quiera, al menos, participar en el concierto internacional. En cambio, no se aprecia suficientemente la importancia que tiene la existencia de una investigación y una crítica fundamentada para que de ser un mero servicio pase a ser una profesión. Así lo manifiesta Massimo Vignelli (5).

Steven Heller afirma que “De hecho, el diseño gráfico no existió verdaderamente como profesión hasta que se publicó una revista especializada para promover sus virtudes” (6). En 1983 nace en Nueva York Art in Advertising, dedicada exclusivamente a este campo, denominado entonces arte comercial. En España tenemos, precisamente y desde época cercana, la revista Arte Comercial, con una larga e interesante trayectoria, en la que era habitual que los profesionales del diseño desarrollaran esta componente teórica, como medio de avanzar y poner en común el desarrollo e innovación en este campo.

En cambio, hay un declive de este interesante inicio de finales del xix y principios del xx, hasta que hacia 1995 el argentino Jorge Frascara escribe una interesante reflexión sobre la falta de fundamentos teóricos y aparato crítico en esta actividad, frente a la base de otras disciplinas creativas (7). El inglés Ryck Poynor, fundador de la revista Eye, y uno de los pilares de la teoría y la crítica en este campo definió la perspectiva que debía tomarse a la hora de escribir sobre diseño, que era su consideración como actividad comercial y al mismo tiempo cultural. El mismo demanda una teoría que sea capaz de respaldar una práctica que responda a los nuevos retos y lo haga de manera responsable: “porque una práctica responsable no era posible sin un pensamiento responsable, los diseñadores gráficos más comprometidos con este enfoque se convirtieron, al mismo tiempo, en teóricos y críticos” (8).

           

Incluso, en el panorama de la investigación y la crítica anglosajona, se aprecia la aportación argentina o italiana a sus hitos fundamentales. Pero, para concluir esta exposición de la necesidad y plena legitimidad de contar con una publicación internacional de ámbito latino, es reflexionar con que no hemos sido capaces de difundir que el propio concepto Diseño nació en España medio siglo antes que en Inglaterra apareciera con el término Design. Durante la época de la Ilustración, que promueve los profundos cambios que dan lugar al industrialismo, en el último cuarto del siglo XVIII surge en España el término Diseño, como concepto que hace referencia al dibujo destinado a la actividad productiva. Resulta especialmente interesante comprobar el contenido exacto que se transmite en la época al término diseño: “La adecuación del dibujo a las exigencias de la producción mecánica y seriada, sin descuidar el buen gusto y el espíritu creador” (9). Con este concepto, en 1775 Carlos III crea en Barcelona la “Escuela Gratuita de Diseño” bajo el patrocinio de la Real Junta Particular de Comercio, que con anterioridad había fundado la de Náutica, Química, Botánica, Física, Mecánica, Taquigrafía y, más tarde, la de Economía Política. Este hecho no era nada fortuito, puesto que era consecuencia de la gran experiencia del monarca, previamente como rey de Nápoles, en la promoción de manufacturas Reales para la producción de artículos de la más alta calidad destinados al consumo interno y la exportación (10). Con ello, el diseño se considera ya en los mismos parámetros que la política, la economía y las ciencias que protagonizan el desarrollo global de la sociedad. El término Design se introdujo a mediados del siglo XIX en Londres. La creación de la Escuela Gratuita de Diseño en España supone un nuevo nacimiento del diseño, después del que supuso en el siglo XV el nacimiento de la imprenta en Maguncia (Alemania), con la tipografía gutenberguiana y las artes del libro (11). Estamos convencidos de tener la circunstancia y los colaboradores necesarios para retomar esta rica historia que nos une especialmente, a estos tres países hoy con toda América. Si contamos con el apoyo institucional y los medios necesarios para cubrir costes de edición que mantengan un precio accesible a todos, se reanudará esta brillante historia que nos conecta con los valores fundamentales que originó la cultura clásica, desde el Mediterráneo al resto de mundo.

 

SGG


 

1. Datos y citas de PELTA, R. Diseño y diseños gráficos 1984-1999. Quince años de debates ideológicos. El ámbito anglosajón, tesis doctoral en Bellas Artes, Universidad de Barcelona, febrero 2006.

2. Ibidem, p. 44.

3. Ibidem.

4. Ibidem. p. 483.

5. “El desarrollo de la teoría del diseño gráfico que se registró en este siglo es un corolario del desarrollo de las artes mayores. Esa situación humilla culturalmente a nuestra profesión. Las consecuencias son un vacío total de teoría y un superávit de modas pasajeras y superficiales. Es hora de que se expresen y debatan las cuestiones teóricas para brindar un foro de tensión intelectual del cual germinen significados. Las ilustraciones bonitas ya no pueden llevar la delantera respecto a cómo debe moldearse nuestro entorno visual. Es hora de debatir, de indagar en los valores, de analizar las teorías que forman parte de nuestro patrimonio y de verificar si son válidas para expresar nuestra época. Es hora de que se oiga la palabra”. VIGNELLI, M. “Llamado a la crítica”, en Graphis Annual 83/84, 1983, recogido en BIERUT, M.-HELFAND, J.-HELLER, S.-POYNOR, R. Fundamentos del Diseño Gráfico, Ediciones Infinito, Buenos Aires 2006, pp. 328-329.

6. HELLER, S. “Prefacio”, ibidem, p. 13.

7. “El diseño gráfico ha existido desde hace suficiente tiempo como para que su papel en la sociedad se comprenda fácilmente. Sin embargo, a diferencia de la arquitectura, la literatura o las Bellas Artes, se ha desarrollado sin mucha reflexión teórica. Ha evolucionado dentro de una práctica sofisticada, dentro de una moda poco sistemática, sembrada de esfuerzos orientados al desarrollo de subáreas, tales como carteles y libros, pero sin el aparato crítico de la literatura o la discusión presente en arquitectura”. FRASCARA, J. “Graphic Design: Fine Art or Social Science?”, en MARGOLIN, V-BUCHANAN, R. The Idea of Design. A Design Issues Reader, The MIT Press, Cambridge/Massachussets/London 1995, p. 44.

8. PELTA,R. op. cit. pp. 482-483.

9. GARRUT, J.M. Breve historia de l’Escola de Llotja. Dos siglos de las artes del Diseño y de las Bellas Artes, Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos, Barcelona 1976.

10. Es destacable la Real Manufactura de la Seda de San Leuccio, cercana a Nápoles, donde construyó una verdadera ciudad industrial en cuyos alrededores se llevaba a cabo todo el proceso completo de producción y manufactura de tejidos de seda, y que se basaba en una óptima escuela de aprendizaje y desarrollo del oficio y en una tecnología sin precedentes para la época.

11. COSTA, J. Manuscrito inédito que su autor tuvo la amabilidad de enviarme.

 

 

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